CONDICIONES O CONVICCIONES?

Un compatriota dentro de la Cuba secuestrada entre la desinformación y la coacción comunista me ha pedido escribiese sobre las condiciones que se dan para lograr el cambio. “Habla de las condiciones objetivas y subjetivas”, me dijo en clara referencia a lo que desde el sistema educativo cubano les sigue influenciando por culpa del adoctrinamiento ideológico. Y es que la frasecita tiene tela: la podías escuchar lo mismo en las clases de marxismo, que en boca del cagandante en jefe cuando le daba por teorizar en sus diatribas interminables desde cualquier púlpito.

Y claro el lenguaje es expresión de la moral y las costumbres. De ahí que los cubanos dentro utilizarán aunque sea para llevar la contraria, los mismos conceptos aprendidos a la fuerza. Juro que si no fuese por la seriedad del compromiso que les sé me hubiese puesto a corregirles. Pero no hay tiempo. No con la convocatoria de la manifestación nuestro Día de la Independencia en ciernes.

Así que voy a complacerles. Solo con la esperanza de hablar el mismo lenguaje intentaré explicarles de las condiciones objetivas y subjetivas de la Cuba de hoy, desde la convicción de que asistimos al entierro de un muerto que lleva ya un tiempo en el depósito, y solo está esperando que lo entierren.

Las condiciones objetivas? Bueno hay varias y todas harto dolorosas para ellos mismos, y para quienes nos duele Cuba. Un país donde la higiene y salubridad brillan por su ausencia. Donde la sarna, el dengue o el Covid no son comparables con la subnutrición de millones, que han visto reducir la talla de las generaciones cada vez más esmirriadas gracias a una alimentación carente de los elementales nutrientes a una población infantil a quienes desde hace años, les quitan el litro de leche cuando más lo necesitan.

Objetividad la de millones de cubanos corriendo cada día para intentar llegar al final de este con un trozo de pan o un hueso blanco como premio, mientras una élite reducida de menos de una veintena de malnacidos que se han enriquecido hasta más allá de lo indecente, solo les permiten gritar patria o muerte. Por no hablar de la objetividad de unas tiendas en dólares que no puedes tocar por culpa de unos productos con precios triplicados que están fuera del alcance de los cubanos pensionistas, campesinos y gente humilde que ha retrocedido al paleolítico en términos de calidad de vida. Objetivamente, quienes necesiten más condiciones solo tienen que desandar por carreteras inservibles, confirmar las cárceles abarrotadas, visitar hospitales inoperantes, asilos de ancianos horripilantes y una falta de color que ha desdibujado ciudades y sonrisas por igual.

Y hablando de sonrisas, vayámonos a la subjetividad del asunto.

Subjetiva es la percepción de muchos, – cada vez más por suerte-, de que el cuento comunista ha sido una gran estafa. Esta subjetividad no lo es tanto, como sí lo es el hecho de que son cada ves menos del lado oscuro, aunque objetivamente parezcan muchos. Ya está demostrado que militares y cuerpos policiales llegado el momento se echarán a un lado. Subjetiva es la creencia de un exilio caminando a pazo forzado sí, pero irremediablemente a la unidad de acción y masificación en términos presenciales, algo que infunde e influye subjetivamente en los de dentro la idea de que no están solos y eso ayuda claro. Por supuesto no olvidemos la inapreciable subjetividad que produce informarse a través de los disimiles canales imposibles de censurar, que tienen como resultado el divorcio de las nuevas generaciones en términos ideológicos con el politburó. Pero para mí la mayor subjetividad, es ver crecer el número de cubanos manifestándose contra los abusos y las carestías de cada día porque una subjetividad como esa dará un día con la mejor de las objetividades: la caída del comunismo por un levantamiento popular.

No lo digo yo. No es cuestión de condiciones sino convicciones nacidas de un par de premisas. El comunismo nunca funcionará, y ahí está la historia del bloque bolchevique para demostrarlo. Si te quieren marear con China no les creas. Objetivamente nos faltan mil doscientos millones de cubanos para escapar por ahí.

La convicción de que las condiciones en Cuba están a favor de un cambio son irrefutables. Si bien el comunismo solo funciona en las mentes manipuladas de quienes nada tienen, es algo tan subjetivo como que ellos mismos objetivamente, son los responsables del cambio.

El 20 de Mayo hay que marcar en las calles el inicio del fin del castrismo demostrándoles a los cubanos que protestar es objetivamente posible, como lo es el hecho que no hay celdas para tantos. Es verdad que tienen que creerlo, algo susceptible de subjetivar. Lo bueno es que objetivamente para asumirlo, solo tienen que mirar alrededor.

Convicciones, condiciones que más da. El próximo 20/05 todos al Malecón.

Publicado por Antikomunista

Cubano exiliado por la tiranía castrocomunista que dándome a escoger entre dignidad o esclavitud no me dejó opción alguna. Hoy ciudadano europeo consciente de la pretensión del comunismo en prevalecer disfrazado de epítetos pos modernistas para evitar situarse en el estercolero de la historia humana, estoy aquí con humildad pero determinación a dar mi aporte para su extinción sea en Cuba o allí donde busque la simpatía de quienes desconocen lo terrible de esta ideología.

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