Hace ya casi 2 años y a raíz del comienzo de esta maldita pandemia escribí sobre ello desde una perspectiva global del asunto ( https://platplp.blogspot.com/2020/03/mi-reino-por-un-catarro.html )
Hoy y a pesar de que me reafirmo en ello, escribiré desde una posición más personal pues el coronavirus ha llamado a la puerta de amigos a quienes entre médicos y la misericordia divina se les está asistiendo. Mis angustias después de todo este tiempo de pruebas y resistencia de mi raíz galenica? Que la edad no les acompaña… ni las vacunas tampoco.
Los cubanos fuimos ejemplo en esto de vacunarnos. Romay lo inmortalizó vacunando a su familia y a él mismo. Y aunque el comunismo dictaba las vacunas por decreto como todo lo demás, aquí no tengo nada que objetarles como tampoco halagarles pues eran cosas de “lógica sanitaria”. Hay que decir que detrás de una vacuna, hay una historia de éxito y esfuerzo científico conseguido no solo para los humanos sino para todos los reinos pues lo mismo se benefician los hombres, los marsupiales que los tomates transgénicos.
Las abrumadoras cifras de muertos parecen diluirse en la memoria colectiva. Hoy España con un 90% de su población vacunada es ejemplo de colectivismo. Aquí a diferencia de EEUU por comparar dentro de la OCEDE, hay algunos que otros descerebrados también, solo que son minoría. Y aunque tenemos en la presidencia al “doctor fraude” que ha preferido mirar para otro lado y dejarle el marrón a los presidentes autonómicos, no se le ha ocurrido decirnos que probemos con desinfectante intravenoso… por ejemplo.

La idiotez es el signo de estos tiempos y no solo entre las sociedades, sino entre sus referentes. A quienes nos atrevemos a decir estas cosas nos marginan o acusan de extremistas, pues es políticamente incorrecto, como lo es hacer chistes de maricas o reírse de los payasos si son enanos. Hoy hay una “inforrea mediática” segmentada por robots que en función de tus preferencias, te proveen de información parcializada según tus gustos e inclinaciones, para que vivas feliz en tú Matrix, mientras el mundo va cómo va. Hoy somos víctimas consumiéndonos a voluntad en la pira del sacrificio, para beneficio de los poderes financieros y políticos que te han regalado a SIRI para hacerte sentir el rey del mambo, sin darnos cuenta de que somos como burros con altavoces viviendo bajo una ley constitucional de limitación de decibelios.
De ahí que tengamos a millones de ciudadanos primermundistas resueltos a no vacunarse, ajenos a que esa realidad ya la tiene África y otros muchos lugares donde la esperanza de vida es la que es entre otras razones, por la ausencia de un sistema que garantice un programa nacional de vacunación. Ellos acá desde sus atalayas de vidas octogenarias gracias a los filetes y una vida asegurada por las vacunas que comienzan a recibir nada más nacer, proclaman querer ser como los negros africanos… pero sin renunciar a dejar este mundo tan temprano como a los 50 años. Algo que tienen relativamente garantizado entre otras cosas, por la predisposición de sus convecinos e hijos a vacunarse.

Dice El Eclesiastés 38. 8-12 “Querido jovencito,
cuando estés enfermo, ruégale a Dios que te dé la salud. No peques ni de pensamiento, sino apártate de la maldad. Preséntale a Dios ofrendas
de acuerdo con tus posibilidades, pero no rechaces al médico; al contrario, déjalo actuar,
pues también a él lo necesitas”
Sin más interés que remover y re orientar a conciencias adormiladas entre la manipulación, y la autocensura. Como parte de este ejército de brujos que desde el inicio de los tiempos hemos sido llamados para los momentos difíciles y a quienes habéis confiado hasta la llegada de la 5G vuestros miedos y dolencias miles os digo amorosamente: dejen de dar por culo y vacúnense de una dichosa vez joder!
Hala, ya estáis recetados.