En la diversidad, la garantía de la vida. Eso es así pónganse como se pongan quienes desde totalitarismos de todo tipo, pregonan la uniformidad como valor de cambio. Hay veces que es algo difícil de entender cuando por ejemplo usted se lo intenta explicar a un ruso o un alemán… pero a un cubano? Porque mira que somos diversos. Benditas mulatas! Así que a mí lo de la diversidad no tienen que explicármelo, nací en ella.

Mirando mi árbol genealógico soy como un perro mil leches aunque eso sí, con la dignidad de saber que mi realeza está garantizada pues como cualquier hijo de vecino, nobles, y demás hierbas del villorrio… soy hijo de Dios.
Lo del diversionismo? Extrañas sinergias, pues mientras meditaba sobre el tema me ha venido a la memoria el maestro de bachillerato de marxismo-leninismo y su advertencia sobre mantenernos ojo avizor frente al “diversionismo ideológico” que cual bailarina de lap dance,_ no existían por aquel entonces _, nos movía sus caderas desde el norte revuelto y brutal.
Pero no crean que por el hecho de defender la diversidad o abrazar el diversionismo desde joven, vaya a dejar de creer en el orden y en una necesaria uniformidad. Es precisamente este el que nos lleva a arrimarnos aquí o allá. De hecho la vida está definida desde un orden natural en equilibrio casi siempre. Y ordenarnos desde lo que nos une en medio de la diversidad es importante, de ahí que habremos de prestar atención a ciertas sutiles diferencias que nos acercan o nos alejan según sea el caso.
Ciertamente cuando se trata de las cosas de Cuba hay indicios que pueden marcar la diferencia entre la rentabilidad y la pérdida del tiempo que muchos y muchas veces, necesitamos ordenar porque entre unas cosas y otras… es realmente poco.
La cosa da para mucho. Pero a fin de ordenarnos un poco vayamos delimitando aspectos básicos de este universo caótico en ocasiones, llamado oposición cubana. Para comenzar un par en la clasificación: los proactivos y los reactivos. Otra de las medulares? Los que cobran y los que pagan. Otra no menos interesante: la de los útiles y los inútiles.
El problema es cuando queremos segregarlos se nos pasan como si de un sistema de vasos comunicantes se tratase. Y es que se puede ser un inútil y además cobrar por ello, como igualmente puede ser usted de una utilidad manifiesta y no tener en este lucha más que pérdidas.

Identificar los diferentes grupos te allana el camino. Dependiendo de a qué se quiera dedicar, por ejemplo a denunciar las atrocidades castrocomunistas pues identificar a los que cual contables cuentan y cuentan indefinidamente desde hace décadas es importante, allí les aseguro que tendrán trabajo garantizado por los siglos de los siglos. Si por el contrario quiere usted un trozo de la tarta del USAID, prepárese a lamer cosas y a reír gracias disímiles eso sí, recuerde poner frente a los cubanos de dentro cara de estadista.
Relájese y no se preocupe usted que aquí hay para todos los gustos. Sobre todo tendrá una satisfacción que le avanzo. Si le preocupa la utilidad, sepa que en la guerra quién no sirve para matar sirve para que lo maten, desde esta máxima hasta el más inútil de los opositores tiene su mérito.
Así que como ve usted querido amigo aquí de lo que se trata es de conocer, para escoger en función de la identidad, la intención y la prioridad que tenga usted en relación a la libertad. Eso sí le advierto, si se me va a acercar le diré algo. Para mí la mejor oposición es la sumatoria de todo. Los patriotas y los patrioteros; los mercaderes y los mecenas; los proactivos y los reactivos, los útiles y los inútiles. Porqué? Pues porque desgraciadamente entre unos y otros con mayor o menor agrado, todos desde sus clarividencias o sus limitaciones influyen en alguien. Y con el PCC con el monopolio de la información, todo cuenta a la hora de generar una conciencia inconformista, pero sobre todas las cosas, consciente. Eso para que no se les olvide a propósito de la última ocurrencia en eso del código de las familias, que frente a las iniciativas del régimen solo hay una opción: ausentarse.

Por ello y si va a buscarme o a intentar seducirme en las cosas de Cuba le advierto que no hay más remedio para este mal llamado castrocomunismo, que la resistencia ciudadana y boicot al régimen genocida. Y guamban!