Ya sé que estoy forzando a la Real Academia, pero me ha venido la musa en medio de tantas zozobras que la verdad es que solo por su fidelidad merece le escuche. Y como esta es mi huella digital, mi sacrosanta cueva donde ejerzo con denuedo mi derecho al pataleo me pongo a ello.
Estamos en nuestro momento ciudadano. Un año electoral que para la mitad de España,_ espero que un poquito más de la mitad _, será nuestra oportunidad de cambiar este estado de cosas que no es poco. Un Estado que hace aguas entre la traición de independentistas, la mala voluntad de los sociocomunistas, y una élite globalista imponiendo una agenda que es antinatural en su concepción y suicida en su implementación requiere con urgencia ser revertido.
El relato de la deriva española lo podemos constatar doquiera que se mire hacia esta realidad nacional, razón suficiente para encarar este «tiempo soberano». Por desgracia no tengo acceso a los amplificadores de que disponen los grandes interesados para seguir tupiendo entendederas, pero no por ello van a desalentarme. Así las cosas intentaré hilvanando una serie de estampas, dejar mi posición siempre «políticamente incorrecta», pues frente a la manipulación y la distorsión habrá que mostrar la imagen no apta para turistas, si queremos dejar atrás este tiempo de coches eléctricos sin baterías, trenes atascados, y cumbres borrascosas africanas.
Un primer acto para los prelados y preclaros padres de la Conferencia Episcopal Española. Más que una estampa, son un espanto. Hablo del asesinato de un capellán en Algeciras a manos de un terrorista islamista que ha hundido su machete al grito de «Ala es más grande», en algo más que el cuerpo de un cristiano, _me enseñaron en el catecismo «la iglesia soy yo»_, así el dolor del machetazo lo he sentido igualmente e imagino, junto a millones de otros católicos. Pero resulta que mí iglesia ha manifestado escandalosamente que “ no podemos identificar el terrorismo con ninguna religión, con ninguna fe”. Verdad? Sabiendo como sé la preferente amistad del jefe máximo por el verdugo cubano, es natural que los mandos intermedios estén plagados de relativismo y en consecuencia, es normal entendiendo el marco actual de la iglesia católica escuchar estas memeces. Os juro que cuando escuché en directo las declaraciones de este payaso disfrazado de obispo, no pude evitar pensar en aquellos cruzados que incluso alguno hasta alcanzaría la categoría de santo de la iglesia como San Bernardo de Claraval que si se entera de esta conferencia, los hubiese corrido a espadazos. Barbaridades como estas me tienen personalmente alejado de estos lares, y esperando terminen para poder regresar, pedir perdón y continuar mi camino. Cuando intento entenderles abstrayéndome de la realidad del montonero que ocupa la silla vaticana, es lícito pensar que las miasmas de La Moncloa están siendo más poderosas que el incienso de la Arquidiócesis madrileña.
Pero avancemos. La segunda estampida; _que es la verdadera dimensión de este asunto_, para el Estado de las autonomías y la realidad plurinacional de la que ya hablé pero que caza perfectamente con esta. Tenemos un Estado troceado en diecisiete realidades o reyezuelos que solo atienden al presidente del estado hasta que reparte la pasta. A partir de ahí cada cual a lo suyo sin que el verdadero Jefe del Estado pueda siquiera reprocharles o negarse a un viaje vergonzante cuando por ejemplo, tiene que estrechar manos de represores de derechos o genocidas propiamente dichos. No voy a marear la perdiz pero debemos más de lo que producimos y casi nadie protesta por la deuda que le están adjudicando a nuestros hijos y nietos sin que lo hayamos consentido. Y todo para seguir en este estado de «bien-estar», donde una administración elefantiásica, siquiera es incapaz de funcionar buenamente. Os lo digo yo que hace unos días fui a renovar el documento de identidad y después de 5 años en La Mancha me siguen ubicando en Baleares a pesar de que pago mis impuestos y estoy «machangueando» desde el 2018. La respuesta a mi protesta por el maltrato? La amenaza del alfeñique que me asistió en calidad de «subinspectordepolicía», mientras tres policías nacionales rodeaban a alguien que solo se ha dedicado a intentar ser un buen ciudadano, ganar el pan honradamente y pagar impuestos.
La tercera estrimpa nacional; _alude a una estampa falseada_, para mis colegas y ministerio de sanidad. Resulta que he visto un trabajo periodístico sobre el asunto de nuestros problemas sanitarios, al punto que desde Cuba algún pariente me escribió preocupado por el tema. No voy a negar la situación real de nuestro sistema en términos de financiación; _en parte responsabilidad de quienes no han sabido tratar eso conocido asuntos de Estado_, ni tampoco voy a negar el hecho de la carencia de recursos humanos, _parte resultante de un lugar con bajos salarios y altos impuestos_, que golpean fundamentalmente a hospitales y centros de nivel terciario. Pasa que después de haberme obligado a ver la noticia hasta el final, a ninguno de los especialistas y responsables políticos del tema les escuché hablar de lo que llevo años definiendo como una «burbuja sanitaria».
Desde que comencé en el 2008 en el sistema he leído y escuchado cientos de miles de argumentarios sobre los derechos y salud. Entonces el infame Zapatero pagaba en medio de una crisis bestial más dinero a interpretes marroquíes, _para que acompañasen a familiares de otros marroquís viviendo en Mallorca y hablando perfectamente español_, que a los administrativos del propio centro. Con los años he viajado por media España y en todos los lugares he visto a gentes reclamando derechos de todo tipo y color, pero no ha sucedido así siquiera en mínima medida, en lo relativo al capítulo deberes. De ahí que dejaré aquí lo que nadie dice: la presión del sistema está basada amén de todo lo demás, en un enorme bluff llamado presión asistencial. Una presión artificial en términos de demanda real, pues como aquí cualquiera va a cualquier servicio con o sin necesidad amparado en un «derecho» alimentado por unos y otros, que no se atreven a cuestionar pues pierden votantes. La ciudadanía española inunda al sistema sin que el sistema sea capaz de diferenciar entre lo real y lo aparente, entre lo urgente y lo que no, entre lo aceptable y lo inaceptable. Y toda esa barbaridad de personas que computan en las listas estadísticas son el eje sobre el que pivota todo. Así puede usted asistir a cientos de personas que demandan desde preguntas o cuestiones banales en los puntos de urgencia, sin que del total de más de un centenar usted halla asistido verdaderamente más que a cinco o seis personas, aunque igualmente todos se lleven las manos a la cabeza y se rasgen las vestiduras porque «faltan médicos». Es básicamente una burbuja y ahí lo dejo.
Y en medio de todo este vendaval ibérico un sociocomunista a los mandos. Este esperpento de político lo mismo dice una cosa hoy y otra mañana. No vamos a salir de él si no espabilamos y solo tenemos esta oportunidad llamada elecciones generales, así que ojo. No piensen en una renuncia por lo que le han pillado en el teléfono. Marruecos le ha sacado hasta el hígado y no lo va a soltar. Nos quedan los israelitas y por extensión los norteamericanos, pero esos igualmente se guardarán la información por si acaso hay que sacarle algo que quede. Esto finalmente más que una estampa, es una verdadera infamia. Una calamidad de gobernante y por ende, una verdadera desgracia para gobernados.
Algo más?
ANTIKOMUNISTA 