Perales cantó a los días grises de este otoño que ya toca las puertas, de un año que es como para olvidarlo si no fuera por el hastío de todo y todos que nunca puede ser óbice para dejar de vigilar. Y se están necesitando ingentes cantidades de estos seres, si queremos conservar este pequeño lugar llamado mundo que aunque algunos no lo crean, es más frágil de lo que parece. No es nuevo, ocurre desde el momento en que el hombre decidió jugar a ser Dios.
Ya sé que en América tienen la creencia de que cuando allí tienen catarro, en Europa estamos con neumonía. Y es un poco así pues ellos tienen una Reserva Federal que mal que bien es eficaz a la hora de velar por sus intereses, mientras que nuestro BCE es un nido de burócratas y poco más. Pero no nos desconcentremos y vayamos al asunto que nos trae: la neumonía.

Porque la situación es delicada para el paciente. Una inflación que junto a políticas expansivas de gasto sobre dinero ajeno con cargo a futuribles ciudadanos y con una recesión en el horizonte, nos volverán más pobres, más endeudados y más dependientes. El sueño hipócrita de una UE verde y exenta de materiales contaminantes que los malos administradores de nuestros países concibieron a costa de que rusos, chinos e indios tuviesen sus espacios llenos de mierda, nos ha llevado a una dependencia imposible. Hoy gracias a esas lumbreras estilo Sánchez Castejón,_ censor de centrales nucleares mientras compra el mismo producto al gabacho de Macron que nos obliga igualmente a comernos la basura nuclear o los de Brandemburgo buscando desesperadamente reservas de gas para el invierno mientras tienen asiento en la junta directiva de Gazprom_, está alumbrando un doloroso despertar. Por qué lo afirmo? Pura intuición de imaginar la ecuación: factura de luz/invierno/consumidores.
Las causas de este tiempo son diversas, pero no hay dudas de que en la vuelta de Europa a un tiempo que nuestros dirigentes creyeron enterrado entre los escombros del Reichstag, la torpeza está siendo determinante. Lo que no pudo ni un Papa escondido tras un cantico de «creyentes de todas las confesiones uníos» mientras desmontaban cruces en toda la eurozona y más allá o el secuestro de una democracia por parte de una partitocracia a derecha e izquierda, ni siquiera el endeudamiento obsceno de nuestros nietos en pos de este presente discontinuo, lo ha podido un hijo… de Putina.

Ya está bien! La ingeniería social del relativismo inconsciente con su agenda 2030 y toda la bazofia conceptual que pulula alrededor de «un cielo azul y un redondel» no podían seguir su sibilino camino. La consecuencia? Han despertado al dragón.
Tal y como le cuento. Han sido la hipocresía y la hipobulia democrática de occidente en general quienes nos han despertado.
Los matices están por doquier. Aquí en España a usted le sería básicamente imposible inscribir en la oficina del Registro a un partido político nazi, mientras los comunistas no es que sean bienvenidos… es que ya gobiernan este reino de pesadilla a pesar de que igual que a los nazis, los comunistas comparten apellidos: Totalitario y Genocida.
Pero el desbarajuste trasciende fronteras y es tan global como la vida misma. Comerciamos con la China que acaba de reelegir a Xi Jinpin bajo la égida de la hoz y el martillo, a quien hemos dado la tarea de proveernos de nuestro «way of life» occidental para que siga fortaleciéndose y reprimiendo a uigures mientras se aseguran de que no los condenemos gracias a la compra de nuestros «bonos soberanos» que hace «ratón y queso» que no saben lo que es soberanía. Y es que esta sociedad occidental judeocristiana y griega en su más genuina concepción se ha perdido al punto, que hoy frente a otras realidades parecemos niños creyendo que el gordinflón finlandés va a aparecer con su bolsa para saldar nuestros apetitos, y enterrar nuestras frustraciones.
Pero la realidad obstinadamente molesta ha sido revelada y Putin ha venido a recordarles que por mucho que os empeñéis en categorizar y filosofar sobre los arcoíris, estos no son más que puras y simples gotas de agua. Cómo no iba a despertarme? Ahí están Suecia, Italia o Austria para certificarlo y ni ha sido premeditado ni casual, y si no… esperen.

Sí, efectivamente, no ha sido a propósito. Ha sido la realidad de mi descendencia y su supervivencia en un mundo de equilibrios y orden lo que ha terminado por desperezarme. Solo espero que un par de bostezos basten y no tenga que llegar a las dentelladas. Luego cuando el mundo recupere su equilibrio volveré a mi sueño eterno habiendo cumplido con mi deber, sin que la maledicencia de liberales o la ignorancia de conservadores hayan siquiera arrancado una de mis escamas, ni perturben mi sueño de guardián incomprendido. Pero hoy… a por ellos!