Según el desgobierno de la mafia criminal conocida como PCC, se ha regulado lo que ellos llaman «actividad cuentapropista» en la Cuba que van imponiendo a marchas forzadas un capitalismo de los más bestiales del Continente americano, mientras fuerzan a los cubanos atrapados en su dependencia miserable a gritar «socialismo o muerte»; algo que sobrepasa cualquier clasificación de eso conocido como desvergüenza, pero que unos ilusionados en sus afanes mercantiles y los otros corriendo en un callejón con las salidas tapiadas por el régimen, aunque sean capaces de percibir su desgraciada realidad, están negados a asumir su cuota de responsabilidad en el cambio de modelo.
De los cubanos miserables e incapaces de comprar siquiera medicinas o productos de primera necesidad no hablaré hoy, esos creo que en la medida que apriete la soga si no es por patriotismo o por compromiso con sus hijos, por hambre y un natural sentido de conservación saldrán a protestar al final. De lo contrario, morirán de inanición como la historia de los judíos en campos de concentración alemanes. Hoy a raíz de la publicación del «Clasificador de las actividades económicas» quisiera poner el acento en ese cubano que conozco bien pues parafraseando al refrán «como los veo, me ví».
La vida de carencias en Cuba es un acto premeditado y consciente del PCC que desde la máxima de «todo es de todos», se apropió de la riqueza cubana para construir un país improductivo cuyos recursos alcanzasen lo justo para luego de haber llenado sus arcas particulares, mantener a los cubanos corriendo de aquí para allá. No es algo novedoso, ya les había advertido el soplagaitas Marx a sus adeptos que con la barriga llena hay tiempo para pensar, así que obedientes en todo lo que fuese afianzarse en la poltrona pusieron todo el empeño en empobrecer Cuba a los niveles a los que hoy hemos llegado de la mano de banda criminal que sin oposición política ni división de poderes, ha estado administrando lo público en Cuba desde hace 62 años.
Desde el momento que se cayó el mito comunista y nos quedamos con el culo al aire por parásitos, aquellos abrieron a trompicones la actividad productiva con decretos que se han dicho y desdicho en los últimos 30 años en relación con su concepto empresarial, para dar la posibilidad de emprender a los cubanos. Aquí vale decir que los extranjeros tienen una Ley, -la 118/2014-, que han hecho a su medida para agasajarlos y donde no hay restricciones a la actividad empresarial. Ah pero, «espérate mijito que esto es una onda distinta, una ensalada sin aguacate no tiene sabor cubano» cantaban «Los latinos» allá por el 70 del siglo pasado. Y es que en ese país de apartheid empresarial entre muchas otras segmentaciones, de cara a la actividad empresarial una cosa es ser extranjero y otra cubano. Los comunistas lo tienen claro: los primeros son empresarios, los segundos… cuentapropistas.
A los primeros todo, desde el turismo sexual que por décadas han promovido fuera denigrando la imagen de la mujer cubana, hasta la fabricación de cualquier cosa, la explotación de recursos naturales y/o degradación del medio ambiente. Hasta establecer zonas francas donde los inversionistas pueden hacer lo que les plazca mientras paguen a esta mafia descarada unas regalías, que cobran al estilo de cualquier mafioso siciliano.
Ah, pero… y los segundos? Qué pasa con esos cubanos desesperados de dentro o los infames de fuera que quieren sacar tajada de unas condiciones mercantiles únicas en cuanto al «riesgo inversor», y a quienes entiendo pero no secundo?
Pues que como son «cubanos» nacidos en esa isla, tienen lo que siempre tuvimos desde la llegada de estos zarrapastrosos al poder: restricciones. Porque si algo determinará la historia de Cuba un día, es que la mafia de los castro ha existido y actuado desde un principio básico: su odio contra el pueblo cubano. Es así como hoy «motivados» a dejarles espacio para quienes aspiren a vivir con decencia a través del emprendimiento, hoy les traen su «Clasificador».
Lo resumiré para ahorrarles tiempo y molestias. Los «cuentapropistas» no podrán: fabricar, publicar, actuar, extraer, suministrar, transportar, almacenar, asegurar, emplear, curar, enseñar, entretener, asociar, enterrar. Hace falta seguir?
Cuando terminé de leer el mamotreto e imaginé a esos pobres e ilusos cubanos sintiéndose empresarios en la Cuba de la mafia castrista, me invadió un pesar por no poder advertirles que sus esfuerzos serán baldíos mientras no se determinen en la empresa de todos que aún espera: la exterminación del sistema que los desgobierna. Porque si no, seguirán en un circulo vicioso donde quienes desde la manipulación, la coacción y la dependencia han modelado una Cuba para servir a los intereses de un politburó, solo van a ofrecerles su particular y aberrante «ley del embudo».
Ahí lo tienes y si quieren se lo cuento otra vez… cuentacuentistas.