Cuando en el día de ayer la infausta marioneta de «Cristina Armengolpe» censuró al presidente de VOX en el congreso bolivariano que ha montado y protegido a cal y canto don «Sancho el segregador de españoles», se confirmaron los peores pronósticos: España se está yendo al carajo!
Abascal ha hecho lo que los populares de Feijoo debieron hacer igualmente: denunciar y advertir que somos los españoles, quienes vamos a desmontar este engendro pseudodemocrático que han maquillado de progresismo, y que es realmente un retroceso en términos de calidad democrática. Y es que poner en dudas la separación de poderes para ganarse el favor popular de los idiotas y lerdos ciudadanos buscadores de Robin Hood´s, ya lo probaron con éxito personajes aún presentes en la memoria de muchos. Hablo del innombrable dictador cubano o de Hugo Chávez, gracias a Dios ausentes para siempre de este mundo, no así el ideal que obscenamente nos impusieron.
Ayer fue la décimo tercera jornada de protestas populares para quienes el infame segundón de Marlasca ha prodigado y propinado cargas policiales con palos, gases irritantes, y hasta pelotas de goma. A diferencia de la pasmosa paciencia e inacción que se tuvo en las manifestaciones de «rodea al congreso», que protagonizaron las ovejas comunistas de Iglesias en el 2012 o los destrozos a infraestructuras y cuerpos de seguridad en el golpe catalán del 2017 por parte de organizaciones filo terroristas de izquierda, hoy los ciudadanos españoles envueltos en la bandera de todos y tarareando el poronponpón (himno español) han sido recibidos a porrazos, mientras estos repostan a los policías represores: «yo te cuidé en el 17». El mundo al revés!

Y por supuesto que es el mundo de revés. Porque estábamos en una democracia europea más o menos defectuosa, ya que España tenía esencialmente un proyecto en consolidación debido a lo bisoño del sistema si lo comparamos con UK o EEUU. Hoy se confirma que «Don Sanchón el cabrón» y su tufo a internacional comunista junto a los demás integrantes de la patera de díscolos que le acompaña, han desvelado su verdadera pretensión. Esa que se han cuidado mucho desde siempre de revelarnos: que su fin último es la vuelta a la república. Ha dicho este degenerado: «hacer de la necesidad virtud». Hoy ya es evidente que se le ha puesto una marcha más al sueño enfermizo de él y toda la morralla que le soporta, en sus pretensiones de sacar «le «guillotine» para descabezar al Jefe del Estado, y lo que este representa: la unidad de todos los españoles y pueblos de esta España monárquica.
Porque en el comunismo no puede haber Rey, a no ser que te apellides Jong-hun a quienes los aterrorizados coreanos del norte tienen que rezarle y venerarle desde hace generaciones, algo a lo que al parecer aspira «Su Sanchidad». Como no puede haber jueces independientes con sillas vitalicias, _que de eso sabemos los cubanos de la constitución del 76_, para así poder controlarles y ordenarles procesos «ejemplarizantes», sin derecho a variar sentencias ordenadas desde el aparato del politburó castrista. Como igual y evidentemente, no caben en el universo proletario ciudadanos críticos, empresas libres, sindicatos al margen del sistema, escuelas independientes, autonomías universitarias o medios divergentes.

En Cuba lo hicieron mediante falsas promesas de reconciliación nacional, hasta que llegaron a La Habana. En Venezuela aprovechándose del propio sistema, se aseguraron mediante sobornos la implosión del propio sistema que les permitió llegar. ¿Y en España?
Como todavía estamos bajo el «paraguas europeo», con una Casa Real ajena a lo que está sucediendo que va de gala en gala al estilo de María Antonieta, mientras al Jefe del Estado le están desmontando el negocio, «Su Sanchidad» ha optado por un plan multifactorial donde aprovechando a filoterroristas, independentistas, comunistas y nacionalistas/separatistas, ha preparado un cóctel mayoritario al que ha tenido el cuajo de nombrarlo «progresista». Con ese coctel en la mano y con saldo europeo va regando dineros entre universidades, sindicatos, asociaciones varias y sobre todo… medios de comunicación. Básicamente para que entre el silencio de unos, la desidia de otros, y la ignorancia de muchísimos… les den tiempo para imponer el relato.
Y sobre quiénes ha cargado el aval para todo esto? Sobre las espaldas y bienestar de todos los españoles, a quienes irónicamente se pretende silenciar frente a Ferraz.
Venezuela no es Cuba… me argüían venezolanos de bien en Miami allá por el 2003 cuando espantado del rumbo inequívoco, les alertaba a quien me pasase por el lado lo horrorizado que estaba porque la quinta reserva mundial de petróleo cayera en manos del eje. Al final como pasa casi siempre nadie escarmienta por cabeza ajena y el proceso se completó. Hoy el comunismo ha cumplido su promesa de un pueblo feliz de venezolanos millonarios… y hambrientos, pues una simple barra de pan cuesta la friolera de 70 mil bolívares. Imaginen una bicicleta!

¡Esto hay que pararlo ya! Si no podemos desde el congreso, por la indecente e inescrupulosa manera con la que este payaso ha juntado a toda la mierda minoritaria española para imponer su peso en el legislativo. Si no podemos ampararnos en el Tribunal Constitucional, porque desde la llegada de Conde Pumpido hay media España desamparada. Si no podemos internacionalizar lo que está pasando, porque los medios se han plegado al relato totalitario. Si el Jefe del Estado está atrapado en un papel tragicómico, sin poder siquiera emular a aquel general perdido en un laberinto, y decir algo parecido a, «que cara nos está costando esta mierda de monarquía inconstitucional» o algo así para animar a las tropas… Entonces solo nos queda la calle.
Ayer los de Vox se marcharon del Congreso para irse a apoyar a quienes están en capacidad de para este engendro. Lo hicieron todos, los 33 en pleno para ejemplificar lo que siente media España. Personalmente hubiese preferido que el presidente Abascal al marcharse hubiera cerrado su protesta recordándoles, que al darle la espalda a este despropósito comunista recordasen que el rechazo y apuesta por la movilización ciudadana no es cosa de 33 españoles, sino de los más de 3 millones de ciudadanos a quienes VOX representa. Honestamente rezo a Dios porque despierte Génova.

¿A que acojona? Así las cosas… Nos vemos en las calles Su Sanchidad!
