Los cubanos y su espera milagrosa. Podría ser el subtítulo del artículo de hoy.
De dónde he sacado la inspiración hoy? No sé porqué mirando el panorama cubano actual, me ha dado por recordar la fábula del francés Lefebvre de Laboulaye que generaciones de cubanos hemos conocido a través de José Martí y su “Edad de Oro”.

Cuando el castrocomunismo llegó lo primero que hizo fue desvincular los buenos usos y costumbres de un pueblo la mar de relajado a la vez que laborioso, para poder crear un individuo que dejando de fiarse de sus fuerzas y de su fe, entregase sus dones para ser “administrados” por el Estado. Y como “el innombrable” sabía utilizar todo lo que teníamos como nación a su favor para sus infames propósitos, la fábula fue incluida en los libros de texto del sistema educativo totalitario. Mira que había cosas buenas en la hemeroteca martiana para incluir, como sus escenas norteamericanas. Pero loas al gigante del norte no; eran“el coco”, y Lopi el leñador, un vago y pusilánime que prefería la suerte al esfuerzo cuadraba mejor en el esquema pedagógico.

No nos ha ayudado mucho nuestra posición geopolítica. Tan cerca del imperialismo tiene sus ventajas y sus desventajas. Eso depende si eres amigo o enemigo. Y ya sabemos que la justificación de todos los males tenían que cargárselo a los “malditos imperialistas”. Por eso nos buscamos desde esa tendencia antropológica de tener un padrino que te bautizase… a Rasputín. Y con el camarada siberiano vino un tiempo nuevo que unos pocos han disfrutado mientras millones hemos padecido, pero al fin y al cabo igualmente dependiente.

Hoy después de confirmarle al mundo entero que ni pagan deuda ni tienen con que pagarla el desgobierno castrocomunista de la mafia que ha secuestrado cualquier aspiración a salir si con padrino ni sin este del atolladero al que hemos llegado por mi culpa, por tú culpa, por nuestra puñetera culpa habremos de convenir que esto no tiene más que una solución y que de mágica o sobrenatural no tiene ni un pelo. Hablo de los cubanos exigiéndole cuentas al tirano en las calles de Cuba.
Así que al hilo del día de mañana en que conmemoramos el día de Los Derechos Humanos, y teniendo por delante ciertas fechas trascendentales para muchos que os digo: déjense de echar agua para la calle, sesiones de espiritistas o moneditas al mar pues con el mismo albedrío conque les dimos la confianza en el 59 hoy toca reconocer la clase de comemierdas que entonces fuimos escuchando al innombrable hoy toca remar en la dirección opuesta que es básicamente el camino a la libertad.

Deben ya la comenierderia con el camaroncito!
