El pie forzado me lo ha dado la ministrosa, _ conjunción entre una persona que siendo ministra es a la vez una zarrapastrosa_, Irene Montero. Ha hablado de la Segunda República Española en presente continuo. Textualmente y previendo que pueda cuestionarme un comité censor en breve o cualquier ocurrencia comunista, pondré su publicación textual:
“República significa millones de mujeres y hombres valientes conquistando derechos, haciendo crecer la democracia, ampliando las oportunidades de felicidad para todas. Porque fueron, somos. Porque somos, serán. ¡Viva la República!”

Yo no pude contenerme ante su condición de política en el poder y le pregunté directamente si era imbecil. Y es que estamos en un tiempo tan de idiotas que este dichoso teléfono de una compañía como Apple, no quiere reconocer el adjetivo calificativo y no hay manera de ponerle la dichosa tilde. Cosa de imbeciles.

Pasan cosas que nos dan pistas, como el caso de los políticos. Estos en su gran mayoría se rodean de subalternos mediocres por miedo a la competencia. Un despropósito propio de estos tiempos, donde la solvencia intelectual cotiza a la baja. De ahí leyes como la de nuestra republicana retrasada que puso en la calle a un ejército de violadores y pederastas, sin que se le arrugase siquiera un pliegue al decir que ella es la salvaguarda de las mujeres españolas. Y allá van las palmeras a aplaudirle como focas. Triste.
Suma y sigue la idiotez en una especie de orla danzante a mi alrededor. El barón de Fouche madrileño más conocido como Pedro el mentiroso ha salido a decir: “Doñana no es cortijo de nadie. Y mucho menos de la derecha y la ultraderecha andaluza. Es patrimonio de Andalucía, España y Europa.¡Vamos a salvar Doñana!” Y lo dice el muy caradura, que de imbecil con tilde o sin tilde no tiene un pelo. Eso sí, sabe que los que sí lo son están esperando les dé a cucharadas su diarrea conceptual. Desgraciadamente estos incautos aunque hoy sean un poco menos en términos de intención de voto, siempre estarán disponibles para encantadores de esta categoría.

Lo dudáis? Miren ustedes, el parque nacional de Doñana se encuentra ubicado en Andalucía. Una región que durante 40 años fue gobernada por caudillos socialistas del PSOE que robaron y malversaron lo suficiente como para repoblar Doñana con dinosaurios y todo al estilo de “Jurassic Park”. Pero no, los idiotas palmeros que soportan a este fraude con patas, se rasgan las vestiduras mientras rebuznan y balan indistintamente: por Doñana no pasarán! Como Chanquete.
Y hablando de Chanquete qué me dicen de Julia Otero? Me recordó al grupo de “la ceja”. Si amigo, aquellos faranduleros con Almodovar, Pe, Pa y Pig a la cabeza que saludaban y voceaban en las galas de cine, mientras abrían sociedades offshore en Panamá. Tontos estos? Pero si la Otero se ha embolsado del dinero público más de 5 millones que no se han rentabilizado, y ha tenido el cuajo de despedirse de la mierda de programa que ha hecho diciendo… “gracias por la compañía y hasta pronto…” Hasta pronto? Como dicen por ahí: que te arrope Txapote!
Empiezo a pensar que este tiempo donde vivimos es como un bucle perpetuo. Un lodazal en el que nos revolcamos diariamente por puro hacinamiento entre las veleidades de unos, las corruptelas de otros pero sobretodo, por la desidia de una parte de España que quiere seguir utilizando kinetoscopios teniendo un televisor 8K en Carrefour por poco más de 300 euros, que encima puede pagarse a plazos y sin intereses. Todo por pura molicie intelectual. Que pereza!

Estamos a tiempo de reconducir lo que una agenda global espera inclinar a su favor. Les llaman de muchos nombres. Hay desde grupos ideológicos, financieros, ambientalistas y de todo un poco. Todos con un común denominador: favorecer la mediocridad humana para medrar sobre unas sociedades cada vez más efectistas… más idiotizadas.
Y es que cuando la imbecilidad alcance esas cuotas superlativas, habremos pasado el punto de no retorno. A partir de ahí, será como una “Jungla de cristal” 5.0 donde secuestrada nuestra capacidad ciudadana, viviremos siempre esperando a que nos señalen la salida. A los optimistas les advierto: olvídense del Bruce que no podrá venir a salvarnos. Por desgracia por muy duro de matar que sea, tiene demencia y así no se puede discernir entre buenos y malos.

Espabilen coño!